El Escritor Colombiano Luis Alfonso Pérez Puerta, presenta una serie de cartas, «Correspondencia Entre Amigos. Aunque las cartas son ficticias, parten de hechos reales. Estas misivas surgen a raíz de la participación del Escritor en un Taller Literario.
CORRESPONDENCIA ENTRE AMIGOS
Por: Luis Alfonso Pérez Puerta (Colombia)

EPISTOLA I
SEBASTIAN LE ESCRIBE A ADRIAN
Querido Adrián,
Mientras hojeaba un álbum de fotografías en una tarde medio nublada, recordaba con cariño nuestra amistad y la época en que tú y yo éramos estudiantes universitarios. Aquel primer día de clase en la cafetería, cuando llegaste con Leonora y nos presentaste; recuerdo haber quedado deslumbrado por su imagen. Su cabello negro y largo, su rostro ovalado y sus labios brillantes despertaron en mí un fuego que no puedo describir. Tal vez fue mi imaginación, pero su mirada parecía decirme: «Contigo será la primera vez». En cualquier caso, aquellos años en la universidad y en la Casa de la Memoria fueron una experiencia inolvidable para los tres.
Me complace informarte que mi novela ha sido publicada y está dedicada a ti, a Leonora y a nuestro hijo, quien pronto cumplirá diecisiete años, la misma edad que teníamos los tres cuando soñábamos con vivir en Europa. Me encantaría saber más sobre tu vida en Suiza y cómo has alcanzado ese sueño.
También quiero recordarte que la separación de Leonora y yo fue posible, como siempre lo habías dicho. El matrimonio que tuvimos a los dieciocho años fue impulsado por la idea de ser padres, pero al final, decidimos seguir caminos separados. Acepté el divorcio y ser papá, y Leonora, felizmente, aceptó tu bendición cuando le propusiste ser madre. Recuerdo que cuando te desapareciste durante quince días después del divorcio, Leonora me dijo: «Adrián es muy independiente, puede estar bien en cualquier lugar». En síntesis, los hermanos Vidal son mellizos.
Siempre recordaré con cariño nuestra amistad y aquellos años universitarios. Espero que estés bien y que la vida te trate de la misma manera. Saludos de tu tía Sara, de mi madre y de tu sobrino, quien lleva tu nombre.
Adrián, amigo, siempre estarás presente en mi corazón y en mi mente, y recuerda nuestro lema no muy original al despedirnos, «Que la fuerza nos acompañe».
Sebastián.
EPISTOLA II
RESPUESTA DE ADRIAN
Sebastián, mi frater querido,
Leí tu carta con alegría, y sí, hasta me emocioné, yo, que soy un poco frío para estos asuntos sentimentales. Al leer y releer, me transporté a la época de la infancia y adolescencia cuando jugábamos, y también íbamos a la biblioteca, y todas las niñas te perseguían; a mí no porque les parecía antipático, y grosero, pero claro, en el fondo me deseaban, para qué, modestia aparte hemos tenido pinta, o sea, somos lindos desde niños, ¿o no, Sebastián? ¡Ja!
Vale la pena recordar en estas líneas que siempre he sido asexual, y a las chicas las alejaba de mí, por eso lo de mi antipatía, claro, según ellas. Al único que no alejaba de mi vida, era a ti, porque no te interesaba para lo que las chicas necesitan, ¿me entiendes? Porque si no también te hubiera enviado a la galaxia más lejana.
Solo sé que cuando la viste en la cafetería de la universidad, antes de entrar a la primera clase, y en ese instante tu lengua se desató y dijiste una idea breve: «Quiero casarme contigo para ser papá»: Leonora se quedó muda de asombro y soltó la carcajada. Nos fuimos para la clase y luego nos volvimos a encontrar para tomar café, yo, claro, y ustedes dos tomaron té; la primera conexión entre los pajarillos enamorados, y mientras tanto yo divagaba: «Seré tío de un hermoso bebé, porque no pienso ser padre de familia ni de iglesia ni de nada que se le parezca».
Desde niño fui asexual, seguí asexual en la adolescencia, y al parecer moriré antes de los 60 años y nada que ver, y vos, eres el único que me puedes entender. Sí, yo te dije que mi hermana era muy independiente, siempre lo fue, y lo es, nos seguimos comunicando con notas breves; ahora vive sola, no tiene pareja, por si te interesa una segunda temporada; ah no, tú no eres de esos; después de tu primera vez, nada que ver con segundas partes. O sea, que el divorcio no te fue extraño, es más, fue una decisión planeada por los dos. Tu actitud tranquila me lo confirmó. El jaque fue para mí, no esperaba ese desenlace; sí, yo, Adrián, el descreído, el asexual, lo que tú quieras, no esperaba ese final, pero, fresco, la función continuó, y continuará, lógicamente. Y sí, me desaparecí por quince días.
Bueno, para despedirme, en síntesis, estoy bien al otro lado del océano, y sí, siento nostalgia, y lo confirmo al recibir tu carta que venía de nuestro país, y yo por este lugar, a varias horas de distancia. Los quiero, sí, ¿por qué no, papi? Saludes a mi tía Sara, además que le envío “su cartica”, como dice ella; y espero que se la entregues con un beso en la frente, y le dices que la amo, aunque no parezca, mi loco amigo, salvaje y padre de mi querido Adrián, que también le das un abrazo y beso virtual al joven poeta, que al parecer siguió nuestros caminos, y entiendo que vive solo en la capital, espero que no se parezca a sus padres, sino a su tío. ¿Qué dices, le envió una carta a tu hijo, o no?
Espero tu consejo como buen racionalista que eres.
Tu compañero en el camino,
Adrián.
EPISTOLA III
SEBASTIAN RESPONDE A ADRIAN
Mi querido Adrián,
Cada vez me sorprendes más, y es increíble que nuestra amistad haya perdurado a pesar de la distancia y el tiempo. Quería compartir contigo algo que tu sobrino mencionó el otro día en el chat. Me preguntó por qué no le escribías ni llamabas, y me dijo que le encantaría conversar contigo y leer más de tus poemas publicados.
Sus palabras exactas fueron: «Por favor dile que me llame, que me escriba; me gustan sus poemas publicados, me gusta como escribe, pero se olvidó de mí, ¿o qué? Papá, tú que hablas más con él, díselo, por favor.»
Así que te pido que le escribas y le llames, por nuestra amistad y por la Casa de la Memoria que nos espera. Aunque la vida puede ser ajetreada y a veces perdemos de vista lo importante, creo que mantener nuestra amistad y estar en contacto con tu sobrino son cosas muy valiosas que no deberíamos perder.
También quería compartir contigo que la tía Sara consiguió novio. Es un caballero interesante que fue Ministro de Cultura y antes fue congresista. Tiene una hoja de vida muy extensa y parece ser un caballero muy ortodoxo, lo que le gusta a tu tía. Espero que te alegre esta buena noticia de tu amigo entre filósofo y periodista.
Me conmovió saber que tu tía lloró con tu carta, aunque con cierta vergüenza, pero la tranquilicé a nuestro estilo, o sea, entre sarcástico y serio, mi querido amigo. Dice así, si no recuerdo mal: «Tía Sara, mi querida vieja Sara, no te avergüences de expresar tus sentimientos delante del amigo de tu sobrino.» Y mentí un poco cuando le dije que llorar es bueno para las mujeres. No sé de dónde saqué ese pensamiento poco original, pero bueno, nadie es perfecto, dicen por ahí.
Sobre el jaque que te dimos Leonora y yo porque no esperabas el desenlace feliz, me extraña un poco no más. Recuerda, ella es independiente, y yo, ya sabes como soy; era mi anhelo, desde que vi a tu hermana, no hay palabras para describir, y sentí ese impulso de ser papá, equivocado, locura, no lo sé, pero luego… Punto aparte o seguidos, no sé. ¿Descreído? ¿Quién no lo es? ¿Y asexual? Soy escéptico hasta de mí mismo.
Sobre la orientación sexual, respeto cualquier elección, pero no comparto que sea posible para un ser humano ser asexual. En mi opinión, puede ser que necesites terapia, pero si estoy equivocado, por favor no me hagas caso.
Para finalizar, te envío un fuerte abrazo, querido amigo en el camino, y que la Fuerza nos acompañe.
Con cariño,
Sebastián.
AUTOR: LUIS ALFONSO PÉREZ PUERTA (COLOMBIA)
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Luis Alfonso Pérez Puerta. Nací en Chigorodo, Antioquia, un primero de diciembre de 1961 y vivo en el barrio de Belén, Medellín. Cerca al Parque Biblioteca, mi templo.
Hice parte del Taller literario Aquileo, y espero continuar en 2024, de igual manera en el Club de lectura Abraxas.
Tengo unos poemas en el Árbol libro IV: Antología de los talleres literarios de las Bibliotecas Comfenalco, 2003, con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, Corporación Región y AsoBelen. Además tengo unos cuentos, poemas y ensayos breves publicados en el periódico el correo.com.