LA NECESIDAD DE EVADIRSE DE LA REALIDAD
Por: Mónica Miquel Nieto
Correo electrónico: mmiquelnieto@gmail.com
MAB – Museo a Cielo Abierto (Bogotá – Colombia)
Titulo – Vendamos
A.K.A: BLEERT
Lugar: Calle 26 con Carrera 7 – Costado Norte
Técnica: Aerosol y Vinilo – Carácter
Algunos lo llaman ocio, distracción, afición, pasatiempo, entretenimiento… Yo lo llamo necesidad de evadirse de la realidad.
En el mundo acelerado en el que vivimos, las personas necesitamos momentos de desconexión, momentos que nos permitan aparcar la tediosa rutina y relajar nuestra mente.
Obviamente, a los gobernantes les interesa que el pueblo esté entretenido. Un pueblo distraído es más dócil, menos reivindicativo, más fácilmente gobernable.
Los romanos usaban el circo, las carreras de cuadrigas o las luchas de gladiadores. Hoy en día, no asistimos a luchas a vida o muerte, pero sí a partidos de fútbol (en directo o televisados). Para mí, el espectáculo del fútbol es el sustituto del circo romano. Cumple, prácticamente, la misma función: distraer a las masas.
Por otro lado, no olvidemos que el fútbol es un gran negocio. Es un deporte, pero no se consume exclusivamente como deporte, sino como espectáculo de masas. Las personas aman a su club de fútbol, se sienten identificadas con él, se unen con otros aficionados y descargan adrenalina animando a su equipo. Su estado de ánimo depende de sus victorias o derrotas. Es una forma, como otra cualquiera, de sentirse miembro activo de un grupo. No es que me parezca mal, allá cada cual con sus prioridades. Pero, igual que se unen para animar a su equipo, deberían unirse para defender sus intereses, los reales, los que sí que determinan realmente sus vidas.
Otras formas de evadirse son, por ejemplo, el uso de las innumerables plataformas de series y películas. Yo, por mi parte, prefiero leer o escribir. Desde mi punto de vista, tu cerebro trabaja más. Es un proceso más creativo, menos pasivo y, por supuesto, más edificante.
Uno de los problemas de la sociedad en la que vivimos es la velocidad a la que nos han acostumbrado a captar estímulos. Muchos estímulos, constantes, rápidos y de corta duración. Nuestro cerebro los capta, pero no se le concede el tiempo necesario para procesarlos. Los consumimos, como quien se toma un aperitivo. No dejan poso. Suelen ser insustanciales, inútiles, pura distracción momentánea.
Por otro lado, mi opinión es que se teme al aburrimiento. En eso, el uso de los móviles, por ejemplo, ha sido la herramienta más utilizada para evitarlo. ¿Qué hay de malo en aburrirse? Para mí sería algo como relajar la mente, pararse a pensar, meditar o reflexionar, imaginar, crear, inventar, etc. Eso es necesario y beneficioso. Parece que nuestro entorno quiere evitarlo a toda costa. Mejor una población que ni lea ni piense, mucho más fácilmente manipulable y maleable.
Así pues, los humanos nos dedicamos a evadirnos de la realidad, a través del fútbol, el móvil, los videojuegos, las series y películas u otros métodos para pasar el poco tiempo de ocio del que disponemos. Cada vez se buscan formas de distracción más sencillas de digerir, que no requieran demasiado esfuerzo por nuestra parte.
¿Por qué esa necesidad de hacerlo? Yo creo que porque el mundo artificial, el orden social, nuestra forma de vivir, no son los adecuados. Necesitamos, por ejemplo, mayor contacto con la naturaleza, más momentos de relax, de paz, de buena conversación, de lectura o de meditación.
Los horarios laborales nos impiden disfrutar de la familia. Vivimos esperando la llegada del fin de semana o de las vacaciones. Y así, esperando, se nos pasa la vida.
El sistema debe cambiar. No es saludable, ni para el cuerpo, ni para la mente, ni para el corazón.
En resumen, opino que se deberían priorizar los buenos valores, la paz, la solidaridad, la justicia social, centrarse en el cuidado y disfrute de la familia y mejorar la organización de nuestra sociedad, cambiar nuestra forma de vida.
No por mucho madrugar, amanece más temprano. Dejemos ya de correr y de evadirnos de la realidad. Si corres, no ves con claridad lo que te rodea. Si el sistema que hemos establecido nos genera desasosiego, estrés, es injusto y poco saludable, cambiémoslo, entre todos. Creemos una nueva forma de vida más sana, en comunión con la madre naturaleza, de la que formamos parte.
No será fácil, pero nada lo es en la vida. Merece la pena, al menos, intentarlo.
No perdamos la esperanza. Pongámonos manos a la obra.
Todo está por hacer y todo es posible.
AUTORA: MÓNICA MIQUEL NIETO (BARCELONA – ESPAÑA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTORA
Mi nombre es Mónica Miquel Nieto, mujer de 53 años, residente en Barcelona, escritora y poetisa.
Toda mi vida he sido una lectora empedernida, de todo tipo de libros, pero sobre todo de novela histórica, novela fantástica y poesía.
De pequeña gané algunos certámenes literarios y ahí quedó todo. No he dejado de escribir nunca, pero no fue hasta el confinamiento causado por la pandemia de Covid-19, cuando decidí intentar publicar mis obras.
Escribí a algunas editoriales hasta que, finalmente, la Editorial Alvi Books confió en mis posibilidades y se arriesgó a publicar 5 de mis obras. Al ser una persona absolutamente desconocida, es algo que les agradeceré siempre.
Participo en algunos grupos literarios de Facebook y he publicado en algunas revistas (Escritores Rebeldes, Las Alas del Cóndor, CLIVAR, Netrazol Literary Magazine…).
He colaborado con algunos poemas en el canal de meditación de Youtube e Instagram Medita i Respira.
También se han escuchado mis poemas y fragmentos de mis obras en programas radiofónicos, como por ejemplo en La hora de la verdad de TuradioValencia.com, La Enamorada Radio o Radio Alfa Omega de Mexico.
Mi intención es darme a conocer y conseguir lectores para mis obras publicadas. Hay una sexta obra en proyecto.
No dejaré de escribir, porque para mí el hecho de hacerlo, es tanto una necesidad como un placer.