Forjarse A Hielo Y Fuego:
Entrevista Al Escritor
Manuel Esteban Espitia Benavides
(M. E. ESPITIA)
Por: Javier Barrera Lugo
MAB – Museo a Cielo Abierto (Bogotá – Colombia)
Titulo – Lloviendo y Haciendo Sol
A.K.A: BEEK
Lugar: Calle 26 – Centro
Técnica: Aerosol
En el universo de la creación todo concepto “tallado en piedra”, termina por convertirse en su antítesis casi de forma instantánea y sin quererlo. Todo lo que al inicio parece una verdad irrefutable para su autor, termina convertida en el elemento contrario a lo que expresó.
Y no es que haya falacia en lo que planteó, para nada; lo que sucede es que la mente humana, la interpretación de ideas, no pasa de ser un circuito que se rige por el principio de entropía, el grado de desorden y caos que existe en la naturaleza, pero también puede verse como el residuo de orden del sistema cósmico estudiado, todo depende del ángulo en que se vea. Las lectoras de las cartas y las manos lo describirán mejor y de manera más sencilla: los opuestos se atraen porque en el fondo son parecidos.
Como ejercicio de veracidad con quienes nos leen, leí un cuento enviado por el entrevistado. Para este escribidor, la obra de M.E. Espitia, al inicio, se presentó caótica, delirante, misántropa, incendiaria, hasta “atarbana”, como diría el gran sacerdote y educador terciario capuchino, Camilo Tobón Betancur; pero al ir hilando conceptos, vinculando situaciones e interpretando metáforas que percibí inconexas, me di cuenta que había caído en la trampa puesta hábilmente por Manuel y quede encadenado a la historia. La curiosidad se metió por mis párpados y trastornó mis intrigadas meninges. Si al principio hubo consternación, en el desarrollo de la lectura las cosas se pusieron interesantes; no tuve otra opción más que internarme en el relato hasta llegar al final. Ese colofón, a su manera, tiene un poco de esperanza hacia los humanos como individuos, no como especie. Eso es palpable; a antítesis cantada me supo ese cuento brillante: ¿Quién es Laura? (Se publica en esta edición de Revista Escritores Rebeldes).
Manuel, modelo 1993, nació en Cali, ciudad de artistas, ebulliciones, efluvios cargados de cotidiana singularidad, extremos comportamientos, literatos y cineastas suicidas por antonomasia y vocación. Ha publicado las obras: Nacidos para ser escritos (2019), Rabia (2020), El Reductor (2021), Cuerpos Puercos (2022) y Apuntes Dispares (2023), que le han dado reconocimiento de sus pares y del público que acompaña sus travesías.
M.E. Espitia, tuvo la gentileza de respondernos un cuestionario que nos permitirá conocer su obra, motivaciones, la sustancia que forma su literatura; pero también, nos ilustra acerca de cómo, sin presupuestos millonarios o una editorial transnacional tras de sí, ha difundido y comercializado de manera efectiva su obra, se ha hecho conocer como autor y, sobre todo, devela la forma en que se ha gozado el camino de comunicar lo que piensa y siente. Recuerden que en la comunidad Escritores Rebeldes, tenemos como mandamientos, como invitación, la solidaridad, el apoyo y la difusión del talento. Apoyemos a Manuel y su proyecto
https://www.instagram.com/meespitiab/ Este es el IG donde sube todo el contenido de sus escritos.
Instagram: @meespitiab
WhatsApp: 3154912264
Correo electrónico: meespitiab@hotmail.com.
Hay copias disponibles tanto de Apuntes Dispares, como de Cuerpos Puercos. Para adquirirlas, comuníquense a las direcciones y medios antes enunciados.
Disfruten de la entrevista:
(Escritores Rebeldes): Un conocido en común, me permitió ver un extracto de su libro “Apuntes Dispares”; según lo entendí, un manifiesto anti-todo, mezclado con aforismos y antídotos. ¿En su obra, en su vida, que lugar tienen la paradoja y la contradicción, que uno los intuye como mecanismos de reafirmación al final de la cuenta?
(Manuel Esteban Espitia): Vea que precisamente, cuando yo estaba haciendo el manuscrito de este libro, provisionalmente puse de portada la famosa pintura “Manos dibujando” de M. C. Escher y me permito citarlo aquí porque para mí, todo lo que él hizo y dijo fue magistral, más real que lo real: “La paradoja es una cosa peliaguda. Es eso que es porque no es, y precisamente porque no es, acaba siendo”. Para mí es la mejor muestra de que la ficción puede acabar siendo otra realidad incluso más profunda que la propia vida. La contradicción empieza a ser ese método en el que, negando, se empieza a buscar una afirmación y esa búsqueda de la verdad duele, es un libro visceral sin duda, “puyante”, como un erizo.
(E.R.): ¿Es el hombre el peor enemigo de ese proyecto utópico llamado humanidad pensante? ¿Cómo se refleja ese sentido, esa pulsión en el comportamiento cotidiano de la gente? ¿Su obra va por ese lado?
(M.E.E.): Lo es, sobre todo el hombre, la mujer no mucho. Alguna vez dije en un cuento, creo que fue en «El último sacrificio animal», de «Cuerpos puercos», mi libro de cuentos: “Al ser humano le dieron la inteligencia, pero también la estupidez”. Es un cuento que refleja la inutilidad humana y les da el poder a los animales de la consciencia, a veces pienso igual que Diógenes, que cada vez que conocía al hombre, confiaba más en su perro.
En «Rabia», mi segunda novela, ya había hecho yo un tratado sobre la involución. Hoy día no hay progreso, la tecnología y las distracciones vuelven idiota a la gente.
Yo también confío más en mis gatos, en el mismo cuento que nombro arriba, digo que los animales dan más cátedra de valores que el mismo ser humano.
Lo que quise hacer en Apuntes Dispares, precisamente fue una Oda a la sapiencia, le dediqué ese libro a mis más grandes maestros del pensamiento, porque definitivamente, después de la bicicleta, las logias me parecen de los mejores inventos de la humanidad. Y por supuesto en este sentido entra el Anti-todo, como una contra corriente de todas las corrientes, y el antídoto, las nuevas ideas. No me caso con ningún movimiento, solo sigo absorbiendo, leyendo, escribiendo, y desechando lo superfluo.
Imagen cortesía de M. E. ESPITIA
(E.R.): Cuéntenos acerca de su obra literaria. ¿Cómo comenzó? ¿En dónde está hoy? ¿Hacia dónde dirige su procesión de las antorchas? ¿Cuál es la meta?
(M.E.E.): Llevo 12 años escribiendo y aún no me considero escritor. A veces cuando me leo ni me creo que haya escrito eso. Comencé escribiendo sobre lo onírico gracias a un profesor de mi universidad, pero como todos, mi obra empezó por la lectura, reconociendo a esa familia literaria, tenía muchos cuadernos, escribía a mano, los llevaba a mis viajes, también empacaba libros. Algo romántico de Apuntes Dispares, es que recoge muchos de los pensamientos de mi juventud y mis travesías por Suramérica, mis viajes a Chile, Argentina, Ecuador, Bolivia, Perú y por supuesto Colombia, mi tierra amada. Hoy, considero que estoy en ese punto en el que podría apostarle con todas mis fuerzas a esta pasión, pero aún me falta trabajar en mi carrera como creativo, ansiando que la vida me lleve a más viajes y travesías, tal vez buscando un nuevo idioma, una nueva cultura o incluso carrera, en cine o fotografía. Así que considero que va siendo buen tiempo de empezar a traducir mi obra, llevarla al mundo, y empezar a pensar en ser un artista de talla internacional.
Creo que nunca hay una meta, tal vez el Nobel, pero sé que está lejísimos, mientras tanto, la llama se va llevando, siempre encendida, con paciencia y cuidado, como en la escena final de Nostalghia de Tarkovsky, sin apagarse, con la esperanza de que ese fuego, se haga fogata, o explote como una bomba atómica y entonces mis enemigos empezarán a conspirar en torno a quemar mi obra, creo que ese sería un buen final, poético, como dicen, puro cine.
(E.R.): ¿La literatura es arte, condena u oficio, según su experiencia?
(M.E.E.): Yo lo veo más como un acercamiento a la divinidad, soy una persona muy espiritual, entonces, pongo mis manos como instrumento a esas fuerzas superiores que me dictan desde la trascendencia, la eternidad. Sí es arte, totalmente. No la considero oficio, soy más bien ingrato, pienso que no le dedico el tiempo suficiente, tal vez es una linda serendipia de la vida, algo que sé que nunca voy a abandonar, es como una diosa preciosa, de la que estoy locamente enamorado, me gusta verla así.
Aunque en otros momentos se vuelva casi una pesadilla, cuando no me deja dormir o me surgen ataques de pánico en las noches, ahí en ese punto quisiera dejarla, la odio, la repudio, la rechazo, hasta la maldigo, pero después escribo y ella me salva.
(E.R.): ¿Quiénes son sus referentes literarios?
(M.E.E.): Empecé con Dostoyevski, Nietzsche, Hesse, Camus, Proust, seguí con Knut Hamsun, D. H. Lawrence, Goethe, Jung, Poe, Baudelaire, un colombiano que me encanta: Fernando González. Luego me fui a la Ciencia Ficción, conocí a Bradbury, a Asimov, Stanislaw Lem. Del universo del cuento, del que entré sin salida, me atrapó Quiroga, Gabo, Kafka, Cortázar, Sábato. Ahora me encanta hacer diálogos, así que he tomado mucho de Hemingway, el capo en esto, Saramago también me ha enseñado mucho, y hay otros grandes que, no me odien, no he leído tanto, pero voy a hacerlo: Murakami, Borges, Carver, Chéjov y las mujeres por supuesto: Lispector, M. Atwood, A. Munro, V. Wolf, P. Highsmith, S. Jackson.
(E.R.): ¿Tres libros que todo ser humano debería leer?
(M.E.E.): «Así habló Zaratustra» de Nietzsche, «Las notas de prensa» de Gabriel García Márquez, «Cosmos» de Carl Sagan.
(E.R.) Muchos escritores tienen como pasión el cine, lo audiovisual; algunos hasta lo han ejercido, como es obvio, sin muchos casos de éxito. ¿Qué es el cine para usted? ¿Caliwood es una impronta, un anhelo, un lugar común para llenar solapas de libros y hacerlos atractivos o sí tiene un sustento ideológico?
(M.E.E.): El cine es eso que quiero hacer con mi vida. Pero después de hacer una película, estoy seguro, seguiría haciendo libros. Me alimento de cine, es mi cena diaria. Tuve una columna donde nunca escribí, ahora me dedico a crear contenido digital para series y películas de Prime Video. Y entre estas locuras sigo escribiendo. Caliwood es un movimiento interesantísimo, mi padre conoció a Caicedo, hasta diseñó una edición de la revista «Ojo al cine», en el tiempo del Cine Club de Cali. Vidal Espitia, describía a Andrés como un tipo obsesionado por el cine de culto, y como mi padre, también considero más grande «Ojo al cine» que «Viva la música». También he soñado con revivir Caliwood, no sé si en Cali o en Chapinero, lo llamaría Chapiwood, sé que voy a hacerlo, algún día, cada vez estoy más cerca de logar algo grande con el cine, tengo guiones de cortos escritos, tengo muchas ideas para llevar a la pantalla, pero todo es dinero, inversión, sacrificar, priorizar, etc. Al cine siempre lo tendré en el radar y es algo por lo que me encantaría que me recordaran, estoy esperando esa llamada de un director que me diga: “Espitia, queremos adaptar «El Reductor» a una película”, o “Espitia, necesitamos que «Rabia» sea una trilogía. Esperamos la parte II y III el otro año”. De hecho, mi primera novela «Nacidos para ser escritos», es la historia de un guionista al que le compran su guion y se lo ruedan, aparte él, mi Alter ego, resulta siendo el protagonista.
Qué tal suceda, no sería casualidad. Nada es gratuito, toda palabra tiene una intención.
Imagen cortesía de M. E. ESPITIA
(E.R.): Según su opinión, ¿Lo de (Andrés) Caicedo fue suicidio, accidente o un manual para futuros borderline?
(M.E.E.): Creo que fue la simple necesidad de hacer parte de un nuevo Club, Caicedo abandonó el Cine Club de Cali, por el Club de los 27. Para él la vida después de los 25 era insoportable, era como repetirse, así que prefirió negarse, renunciar.
(E.R.): Nárrenos por favor, un inicio o final de un libro, o de una película que le haya movido de verdad las entrañas.
(M.E.E.): Jesse le apunta a Walt, Walt le dice –Hazlo. Jesse se niega. Lydia, la novia de Todd llama al celular, pero el que contesta es Walt, diciéndole que la ha dado ricina en el té que tomó. Y que todos están muertos. Walt tira el teléfono, deja ir a Jesse en el carro, Jesse siente la adrenalina de la libertad, después de ser privado de ella, y por la velocidad, rompe la reja de la puerta. Grita, o ríe o llora. La punto 50 sigue girando, ya sin balas. Walt está herido, pero ya no le importa la sangre. Solo quiere despedirse de su laboratorio. Lo visita una última vez, acaricia los tanques de su cocina y cae al suelo, desangrándose lentamente. Escucha las sirenas, sin cerrar los ojos. Se entrega.
(E.R.): ¿Ha vuelto a juntarse con Abraxas? ¿Eso loco gnóstico en qué anda? ¿Qué representa esa figura con piernas hechas de serpientes? ¿Qué le da?
(M.E.E.): Lo tengo tatuado en mi pecho, lo veo cuando visito a mi madre y a mi padre, cuando veo el atardecer en la terraza, cuando le hago el amor a mi novia, cuando visito a mi editor, encendemos la fogata, y hacemos pogo, lo siento cuando me tomo un whisky ardiente, cuando voy a un concierto. Hace poco lo escuché rugir en una cascada, me dio escalofríos, se me puso la piel de gallo. Hablo con él en las noches, está cuando monto en bicicleta, me posee cuando escribo sin detenerme. Aparece cuando leo a los muertos. Cuando abrazo a mis amigos. Es la locura y el amor. Las sonrisas y el llanto. Está también en mis gatos, sobre todo en Billie, lo veo en sus ojos, también en la luna llena, en las estrellas, se expande en la materia oscura. Se diluye en el sol. Abraxas sigue más vivo que nunca, aún más en estos tiempos. Él es Dios y Demonio, es egipcio y los egipcios adoran a los animales. Lo conocí en «Demian» de Hesse y en los «Siete sermones a los muertos» de Jung. Es el rey del gnosticismo, del conocimiento y la sabiduría, de eso me nutro en su amistad.
(E.R.): Manuel, ha publicado obras, y eso en un país como Colombia es privilegio de pocos. Escritores Rebeldes, es una comunidad de promoción solidaria de lectores y escritores, de oficios y cultura. Queremos que la gente publique, lance y venda; que su esfuerzo sea apreciado y redituado. ¿Qué consejo le da a la comunidad Escritores Rebeldes, para lograr promocionarse? ¿Cómo podemos autogestionar y hacer relevante nuestra obra en un mercado pequeño y con actores en eterno movimiento?
(M.E.E.): Expresarse es un derecho y publicar, es ejercer ese derecho. Muchos ciudadanos se quedan con el simple ejercicio del voto y creen que eso es dar su voz. La escritura, la literatura, nos permiten vengarnos, ajusticiar, renunciar, denunciar, revelar, rebelarnos, decir la verdad, o la mentira, expulsar, expatriar, fundar, liberar, exorcizar, entretener, y hasta hacer reír, llorar, vociferar, vomitar. Todos podemos escribir, es el primer paso, luego viene, tener las pelotas para publicar. Hay quienes no les importa, pero nosotros no somos esos. Así que el que no lo sienta “desde muy adentro”, que no lo haga, citando el poema de Bukowski: «Así que quieres ser escritor». Léanlo, es buenísimo.
Todo será un proceso, así que les recomendaría paciencia, pero ojo, esto no es esperar a que todo llegue, es buscar financiación, apoyo, vitrina, sin caer en la ansiedad productiva. Soy de los que concursa en lo que salga, y me he dado cuenta que muchas veces la gente no participa en Becas, Estímulos o Convocatorias, y eso hace que ganar sea más posible. Hay que buscarlo como sea, no quedarse quieto. Es necesario ser ratón, después de pasar por los estados de Nietzsche. Camello, león, niño. Ahí no acaba, luego se es un ratón, el ratón busca, corre, toca las puertas, habla, escribe. Uno siempre encuentra, por fuerzas del universo, aquellas manos que le den a uno ese empujón. Si ayudas, te ayudan, hay que mantener esa energía siempre.
Y, por último, no temerles a las redes sociales, hoy así no lo queramos, estamos en la Era del Contenido, hay que aprender a hacerlo, ser relevantes, tener buenos ganchos, así como las aperturas de un cuento, enganchar en 3 segundos, impactar al público fugazmente, teniendo claro obviamente, a quiénes quieres hablarles. Sigan construyendo Comunidad, sin preocuparse por los números sino por entregar un contenido valioso.
Imagen cortesía de M. E. ESPITIA
(E.R.): ¿Dónde podemos comprar sus libros? Si alguien quiere contactarlo o saber más de su trabajo, ¿a qué direcciones o redes le puede escribir?
(M.E.E.): Pueden escribirme a mi Instagram @meespitiab a mi WhatsApp 3154912264 o a mi correo: meespitiab@hotmail.com. Allí podemos agendar un encuentro en Bogotá y conocernos personalmente, hablar, tomar un café y hacerles entrega de su ejemplar con autógrafo. Recordarles que acaba de salir al aire la Segunda Edición de mi cuarto libro «Cuerpos Puercos, un libro de puro cuento». así que también está disponible para los que lo quieran. Y estén atentos a mis próximos lanzamientos.
(E.R.) Agradeciendo infinitamente su atención a esta entrevista, le pido, por favor, le envíe un mensaje a la comunidad Escritores Rebeldes.
(M.E.E.): Viajen mucho, lean, vean buen cine, documentales, vivan, tomen cerveza, tengan pláticas de café, rían, escriban, piensen, aprendan, escuchen, respiren, mediten, vayan a museos, teatros, bosques, pinten, contemplen el atardecer, hagan música, tengan mucho sexo, expriman su mente, el mundo necesita crear más arte y producir menos basura. Gracias.
AUTOR: JAVIER BARRERA LUGO (COLOMBIA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTOR (A)
Javier Barrera Lugo, nació en Bogotá (Colombia). Editor General de Escritores Rebeldes. Siempre buscando el final de la línea del horizonte que forma la mar océana. Escribidor de oficio y corazón, admirador de los cronistas de indias que describieron a través de letras la fantasmagoría de un continente, que hasta hoy, es un complejo enigma. Editor del blog Idiota Inútil, autor de cuentos, poesía, ensayo que defiende la autenticidad y el silencio.