El Sembrador de Letras

Hablar de Literatura Infantil en Colombia, es hablar obligatoriamente del Poeta y Narrador Guillermo Quijano Rueda, quien desde hace años es un referente de primer nivel en la  gestión literaria enfocada hacia los niños y jóvenes.

No en vano en su palmarés figura el haber ganado en 2013 y 2015, la Beca de Creación en Literatura Infantil del Departamento de Santander. Fue también, finalista en el Premio de Literatura Infantil Gabriela Mistral, así  como también del Premio de Literatura Infantil del Diario del Huila. En el 2009 obtuvo el premio IDEP de Innovaciones Educativas. Estas son algunas de las muchas distinciones y reconocimientos que este escritor ha recibido a lo largo de su travesía.

Santandereano hasta los tuétanos, el Profesor Guillermo nació en Zapatoca, municipio asociado a la provincia metropolitana, una de las 7 divisiones que conforman el departamento de Santander-, en 1953. Desde temprana edad mostró esa insaciable sed de amor que le produjo la literatura, la loca musa Erato, que lo llevó a convertirse, también, en un destacado docente, camino este por el cual ha trasegado y trascendido por más de cuarenta años.

Miembro Fundador del Grupo Poético Esperanza y Arena, el cual vio la luz en una cafetería del popular sector de La Candelaria en la década de los 90, cuya tarea era y es aún, la de generar la gestión integral de poemas manados del oficio de dedicados y valientes escritores colombianos.

Desde allí, tuvieron origen los Talleres de Creación “La Magia de la Palabra”, que bajo la tutela de Guillermo, han llegado a diferentes instituciones educativas a lo largo y ancho del país, llevando consigo las semillas que han quedado resguardadas en los corazones de muchos niños y jóvenes que han encontrado en la literatura una forma de expresar sus sentimientos y emociones.

El Profe es autor de más de una veintena de libros entre los cuales se destacan “La Herencia de Toñita Perales”, “Las últimas lunas de Chandoski”, “Un, dos, tres, por mi abuela”, “Poporrichi”, “Leoncio Rasguños”, “El abuelo Chontaduro” e “Isaura”, como los más destacados, pero no los únicos.

Reproducimos a continuación la entrevista que nuestro Asesor Editorial, Fernando Vanegas, le hizo hace unos días al Maestro Guillermo Quijano.

Profesor Guillermo Quijano
Foto: Archivo Personal

Sé de buena fuente que sin pasado no hay futuro….

Cuando miro hacia el futuro, es imprescindible remontarme en mi pasado. Hoy no es la excepción; metido en este proyecto, esculco en el baúl de mis recuerdos y me encuentro con el profesor Guillermo Quijano Rueda, así, simple, sin adornos ni arandelas, mi maestro de español del colegio. Siempre se caracterizó por su voz fuerte y profunda, una voz que asustaba, pero que en últimas, era solo una particularidad contraria a su muy noble personalidad y a un don de gentes que siempre ha demostrado. Hace 33 años ya…, el tiempo marco senderos diferentes y hoy, él como un gran escritor y yo como un currinche de periodista nos cruzamos de nuevo. La enseñanza  de las obras de Rubén Darío, Arthur Rimbaud y las canas que como alumnos le sacamos, el tiempo las sosegó y para fortuna de las letras, da paso en el ahora a su pluma y talento, creaciones propias, que enriquecen el alma de quienes por fortuna lo leen. Ya el Seminario donde compartimos como docente y discípulo no existe, y Rubén Darío, para los muchachos de hoy, suena a reggaetonero, sin embargo, la poesía sigue viviendo por la simple existencia de personas que como Guillermo, han encontrado en el arte de la palabra, la forma más exquisita de seguir formando.

La distancia física que nos separa ya no es inconveniente, pues gracias a la tecnología el escritor-profesor (para mí es difícil ya catalogarlo), nos regala a través de esta pequeña entrevista algo de su historia, conocimiento y palabras:

Fernando Vanegas (FV): Entre la docencia y la literatura…, ¿cuál es su mayor pasión?

Guillermo Quijano (GQ): Cuando inicié la vida docente lo hice por pura casualidad, pero poco a poco me fui enamorando de la profesión; los estudiantes me hicieron maniático para llevarle cada día algo nuevo, práctico y divertido. La literatura nació desde niño con los poemas  de Pombo, en la juventud con  las obras de Julio Verne y después todo lo que me despertara ese amor por la poesía ante todo, y las novelas. Creo que yo no amaba la literatura antes de los quince, pero ella se me entregó toda, pura, totalmente. ¿Cómo la iba a rechazar?

(FV): ¿Cuántos años en la educación y cuántos en el camino de las letras?

(GQ): En la educación, sólo cuarenta y nueve años, que parecen pocos; me siento todavía ingresando por primera vez al salón de clase, temblando del susto ante esa jauría de “Buenos estudiantes” (1974); en la literatura, ya en forma, con decisión, desde hace 32 años cuando creamos el Grupo Poético Esperanza y Arena.

(FV): ¿Su mayor logro como docente y su mayor éxito como escritor?

(GQ): Como docente son muchos logros: tengo discípulos en todas partes del mundo, decentes, creativos y amantes de las letras, además obtuve un año antes del retiro El Premio IDEP de Innovaciones educativas con el Proyecto Magia de la Palabra que creamos en COLSES en 19… (ya no recuerdo) y que se fue acrecentando día a día: En literatura, varios títulos en Concursos de Literatura infantil y juvenil.

(FV): ¿Recuerda algún alumno suyo que siguiera su ejemplo como escritor y hoy sea reconocido?

(GQ): Muchos. A Manuel Guillermo Pachón, nunca le di clases de español, pero sí de Religión y algo más. Ahora es de los mejores poetas colombianos. Javier Buitrago Quemba, premio Nacional de Poesía Universitaria (el día que supo que era ganador, lo primero que hizo fue enviarme su poemario y ¡Qué calidad!), Samuel León, finalista en concursos de cuento. Muchos aman las letras y escriben, no como profesión, pero sí como la mejor y sana diversión. Otros, triunfan en el periodismo, la publicidad y otras profesiones afines.

(FV): ¿Sus mejores amigos en la literatura y sus influencias?

(GQ): Mis mejores amigos en la literatura son poetas: Fernando Alberto Cely con quien fundamos el grupo Poético Esperanza y Arena, todos los que han hecho parte del grupo, Arturo Arcángel, para mí el mejor poeta del amor y el desamor. Influencias: Fernando Soto Aparicio, merece el Nobel, y en literatura infantil Triunfo Arciniegas y Evelio José Rosero.

(FV): Regáleme el título de algunos de sus libros…,

(GQ): La Herencia de Toñita Perales (Narrativa infantil); Las Últimas Lunas de Chandoski (Narrativa Infantil), Liberen a Angie (Narrativa Infantil); Rimáfulas (Poemas infantiles), Paco Cachetes, La Danza de los fantasmas, Crispín de los Siete Mares. Los dos últimos ya no se consiguen, los demás en Panamericana o si no directamente en mi casa en donde tengo mi pequeño taller y hago los envíos, la mayoría por correo, ya que mis libros son editados por Magia de la Palabra Ediciones, nuestro propio sello editorial.

(FV): Alguna vez un escritor, en una entrevista me decía que escribir era 1 % de inspiración y 99% de transpiración. ¿Está usted de acuerdo?, ¿qué opina?

(GQ): Totalmente de acuerdo. Lo que llaman inspiración aparece en cualquier momento, lo demás es trabajo de organización de ideas, argumentos, figuras (en poética). Nadie puede ser escritor si no tiene disciplina y ese era el valor que más infundía en mis estudiantes: la disciplina para lograr los sueños.

(FV): ¿Que lo inspira?

(GQ): Aquí lo importante lo aportan los sentidos: sobre todo la vista y el oído. Cualquier hecho me puede servir de inspiración y en muchos casos, lo que he vivido, o la percepción que tengo de los acontecimientos.

(FV): En Colombia, la literatura y el trabajo cultural ¿son apoyados, dan para vivir?

(GQ): No. La literatura no da para vivir. Los editoriales pagan por derechos de autor el 10% del valor del libro, por eso prefieren editar a los que ya llevan más de cien años de muertos; la cultura siempre ha sido la cenicienta en este país y el apoyo a los gestores es casi nulo. Los escritores, en su mayoría, tienen otra profesión que les dé el pan material.

(FV): Hace rato los movimientos poéticos nacionales están estancados (Piedracielismo, Nadaísmo)….., ¿se acabo la poesía en Colombia o ya no existe ese ideal romántico que inspiro estos movimientos?

(GQ): La poesía nunca se acabará. Nació en el primer instante cuando Dios vio las sombras, el vacío y dijo: “Hágase”. Los críticos son quienes se encargan de acomodar en grupos a los poetas y a los narradores. Colombia está llena de buenos poetas y de muchos que aunque no escriban viven una vida poética. Casi siempre el trabajo poético es un acto totalmente individual y solitario.

(FV): Gabriel García Márquez como máximo exponente de las letras colombianas, dio paso hoy día a escritores nuevos como Jorge Franco y Mario Mendoza, que convirtieron el «realismo mágico» de Gabo, en un «realismo Trágico», basado más en la actualidad y en la cotidianidad, ¿qué opina usted de estos «nuevos»?

(GQ): Muchos opinan que el Nobel de Gabo hizo más daño a la literatura que provecho; muchos comenzaron a escribir como él, craso error. La narrativa colombiana está llena de muy buenos escritores y menciono algunos además de los mencionados por usted: Fernando Soto Aparicio, Fernando Vallejo, Evelio Rosero; la lista es interminable

 (FV): ¿Qué consejo daría usted profe, a todos aquellos que como nosotros está comenzando en este camino?

(GQ): El camino de la literatura es difícil; yo les diría como dije antes que la disciplina y la lectura van de la mano; nadie puede escribir si no lee y todo lector debe ser un escritor; yo no creo mucho en los concursos de literatura colombiana, pero yo participo porque me ayuda a organizar mis trabajos literarios: ser organizados en nuestro trabajo nos servirá mucho para avanzar.

(FV): Por último estimado profesor, obséquieme unas palabras para ESCRITORES REBELDES, su casa desde ya.

(GQ): Una felicitación muy sincera para los gestores de esta publicación; el camino es difícil, pero la constancia les dará los frutos que esperan. Ánimo, no desfallezcan.

Vuelvo a leer sus palabras; me ahondo en coloquios personales, prendo un cigarrillo y me voy…., me largo a ese lugar donde la literatura no da para comer  y el apoyo a la cultura no existe…, me lo está recordando un maestro; me lo repite el subconsciente; que vaina.  No importa, ustedes son mis ESCRITORES REBELDES, vale la pena seguir, ustedes (nuestros lectores) llenan desde ya estas páginas, y desde ya, el salario que siempre se espera, lo darán ustedes con sus aportes, su participación y su amistad…, el cigarrillo se apaga…..,  la computadora también.

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