Política y Religión

MAB – Museo a Cielo Abierto (Bogotá – Colombia)
Titulo – Revolución De Las Flores
A.K.A: AMOR
Lugar: Calle 26 – Centro
Técnica: Aerosol – Ilustración

Toda forma de gobierno ha buscado siempre asociarse con el poder religioso para sembrar en la psiquis de la gente un componente místico y sacralizado. La idea es buscar una sustentación moral que vaya mucho más allá de lo puramente objetivo, dejar sin efecto cualquier cuestionamiento que se pueda tener, aparte del miedo a ser castigado y obligado a obedecer. Esto logra que el individuo acepte esa imposición con una concepción más espiritual que pragmática creyendo que al someterse está agradando a Dios, puesto que si no lo hace será castigado en la tierra y también en el más allá (mirar en la Biblia Romanos 13 Versiculo1 – 6) que dice que toda autoridad es impuesta por Dios y debemos de obedecerle. Política y religión van en el pensamiento de la gente, de subjetivo a objetivo y viceversa. Eso es lo que las hace tan efectivas en el ejercicio del poder. Ahora, solo hay un detalle que las diferencia, y, es que la política puede ser dual, mientras que la religión no. No admite otro credo, ni a  otro dios, pero  la política si es dual, y en nuestro sistema actual podríamos hablar de izquierda y de derecha. Tontamente nos han hecho caer en ese punto o el otro del espectro, y todo ser humano políticamente pensante se sitúa en uno de los dos bandos pensando cada uno que su posición es la correcta. El poder juega con esa disyuntiva y es precisamente esa división irreconciliables, la causa principal que obstaculiza el crecimiento y el bienestar social.

Los dos polos de la política son realmente las dos caras de una misma moneda, y lejos de ser antagónicas deberían ser complementarias. Tenemos una derecha que idealiza un orden tradicional. La persona de derecha es rígida cuadriculada y apegada a su zona de confort.

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