Entrevista a Jean – Claude Saint Vil

La historia general de un país, de esta tierra que aún no se cansa de girar, termina por ser una variable poderosa en la vida de las personas. Jean Claude Saint Vil, nació en Puerto Príncipe, Haití, un país hermoso y casi desconocido del Caribe, que en su larga historia de sueños colectivos, represión y resiliencia,  ha sido dirigido sin corazón por líderes inescrupulosos, que gracias a su megalomanía  han ayudado, sin quererlo, a crear movimientos poéticos y artísticos que han salvado almas y cuerpos de los verdugos y han mostrado ese lado menos denso de una sociedad que no se cansa de luchar.

       Afortunadamente, la obra poética de Jean Claude, sus escritos, no se limitan a este aspecto, al contrario, entran directo en el alma y la sondean, para finalmente salir dejando huellas secas.  El poeta se atreve a ir mil pasos al frente de estas situaciones para mostrarnos que los miedos, las ilusiones, el amor, la muerte y hasta la cotidianidad, son médulas espirales para cualquier visión humana que las sienta suyas. En la siguiente conversación le pedimos nos brinde sus conceptos, que de antemano agradecemos.

       Dejamos la entrevista realizada por la redacción de la Revista Escritores Rebeldes, para que la lean, la comenten y la compartan con sus contactos: 

(E.R.) Cuéntenos acerca de usted y su obra, Jean Claude, ¿qué géneros la componen? ¿Desde cuándo escribe? ¿Qué loca razón lo llevó a creer en la fuerza de la palabra?

(J.C.S.) Acerca de mi hay un universo de cosas por contar. Sin embargo, voy a ser sintético y conciso: Soy Jean-Claude Saint Vil, de nacionalidad haitiana…Nací en Puerto Príncipe, Haití, el 1 de julio de 1952. Soy profesor de Idiomas, escritor, poeta. Soy un escritor y poeta inédito, aunque hace unos 30 años he publicado dos libros de poemas, desde entonces, debido a carencia financiera, no he podido editar ni publicar. Soy periodista, estuve un corto tiempo en la radio y prensa escrita.

(E.R.) Sus referentes escriben en francés y español, entendible por sus ancestros y vecindades (Francia y República Dominicana). ¿En cuál idioma se siente más cómodo al escribir? ¿Al leer?

(J.C.S.) La loca y sensata y cartesiana razón que me llevó a creer en la fuerza de la palabra, fue la esencia cósmica, creativa y curativa de la palabra constructiva. La palabra constructiva es más potente que una bomba atómica, sabiéndola utilizar. Ahora bien, el francés es mi lengua nativa al lado del Créole. Escribo, leo con casi el mismo poderío armónico el francés como el español, sin embargo, con el francés, naturalmente estoy profundamente en mi piel y el alma. Estoy en el mismo estado tanto al escribir como leer, bien sea francés y/o español.

(E.R.) ¿Ha realizado estudios literarios? ¿Le parece importante la formación académica en este aspecto, o considera que para un escritor debe primar experiencia sobre academia? 

(J.C.S.) No, no he realizado estudios literarios. A mi juicio, la formación académica juega un papel importante en el escritor, juega un rol significativo, más no determinante. La experiencia constituye una infraestructura en el escritor, no obstante, se necesita de las dos para establecer un equilibrio. Yo diría una alianza, una fusión balanceada…

(E.R.) ¿Qué escritores haitianos nos recomienda leer? Se la dejo fácil: un poeta, un cuentista, un novelista. Ninguno puede ser usted…

(J.C.S.) Ahora bien, escritores haitianos les recomiendo: Jacques Stéphene Alexis, René Dépestre,  Jacques Roumain.  Frank  Etienne,  Karl Brouard el famoso poeta haitiano

(E.R.) ¿Qué entiende por rebeldía, Jean Claude?

(J.C.S.) Por rebeldía, entiendo que eso surge de un estado de conciencia social iluminada. Ser rebelde emerge de una fuente profunda que permite ir más allá de lo que se mira, saber mirar para poder ver, percibir y luego concebir. Ser rebelde auténtico es tener una convicción espiritual bien definida.

(E.R.) Existe una percepción de Haití, ligada al caos, la violencia y la pobreza; algo que solo la ignorancia puede avalar.  Los colombianos también cargamos al hombro con este tipo de infamias. Descríbanos el Haití real, su Haití; ese que lucha, persevera y triunfa a pesar de las circunstancias. Ese Haití cotidiano que no se rinde.

(J.C.S.) Haití, durante y después de su independencia en 1.804, ha constituido una luminaria, una brújula en el nuevo mundo. Haití, ha forjado grandes y sublimes personajes que han alumbrado naciones del nuevo mundo: Alexandre Pétion entre otros, han contribuido a la emancipación de la Gran Colombia. Gracias a Haití, por intermedio de Pétion, gran aliado de Bolívar.  Bolívar recibió un apoyo histórico invaluable para la independencia de la Gran Colombia.

En la actualidad, la pobreza horrible, junto a una cadena de violencia sanguinaria, se deben en gran parte al virus de una megalomanía vigente de muchos gobernantes corruptos y mediocres. Sí, a pesar de todo, creo en un renacimiento de una Haití próspera, pujante, encantadora, acogedora. Respecto a todo eso, yo escribí “Les Damnés de Quisqueya” un libro de poesía que muestra una radiografía de Haití.

(E.R.) ¿El poeta, quien se basa en la palabra para hacer más veraz y vívido su entorno, es un suicida en potencia, un descarado sin escrúpulos, o un narcisista incorregible? Explíquenos su respuesta.

(J.C.S.) El poeta a mi juicio es y debe ser un luminario, un vocero de millones que no tienen voz. Claro, concibo que existen floreros y floristas convencionales. El poeta rebelde es un vidente que prevé, anuncia y denuncia. Puede verse tildado de loco, descarado, desadaptado por una hipócrita sociedad que se cree pulcra. El poeta consecuente no sólo plasma lo que inspira sino también juega funciones de juez y profeta.

(E.R.) ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar por la obra?

(J.C.S.) Hasta el lugar infinito, glorioso, incluso siniestro, peligroso y mortífero.

(E.R.) Agradecemos sus respuestas y le pedimos nos deje un verso para que nuestros lectores, los Escritores Rebeldes,

(J.C.S.) 

CUCHILLOS DE BOTICA

Confiesan no estar a la izquierda
Juran no estar a la derecha
Declaran estar en el centro.
¡FALACIA! Semejante postura
Es sombría y funesta.

No están muy ardientes
Ni fríos ni tibios,
Desfilan como escarabajos
Desbandados y extraviados.

Ahí percibo un conjunto
De tarros de lata vacíos
Que esparcen aires venenosos,
Sutiles y mortíferos.
Siembran más luto
Que cultivos sabrosos.

Pretenden ser a la vez
Blancos, negros, verdes
Rojos y azules.
Navegan en ríos revueltos
Turbios y turbulentos.

En este ambiente de ajedrez
Huele a ¡Desfachatez!
Cargan banderines amarillos
También anaranjados.

Quieren estar en mares
De más de cinco colores
Envueltos de espesas nubes
En un mismo lugar
Con un mismo pensar
Sin ser los mismos peces.

Sepulcros blanqueados
Charlatanes disfrazados
Que en silencio llegan,
Escuchan, se paran, divagan
Coman, beben, y se marchan.

Usan cobijas multicolores
Para una misma cama,
Sueñan con la fama
De alta gama
Sin enfrentar ningún drama
Duermen tranquilos sin dolores.

Dicen no ser ni rojos
Ni negros ni amarillos
No tienen polos definidos
Son cabezones turbios,
Bulliciosos y maliciosos.

Juran no estar arriba ni abajo
Ni al lado ni en el medio
Exaltan el bien esencial
Perdonan el acto más criminal
Aberrante y demencial.

Alaban a un Dios y a la maldad
Con la misma boca
En un marco saturado
De oscuridad.

Con un actuar trivial
Maquillado con un lenguaje banal
El hipócrita es el ser social
Que propulsa un virus fatal
Sutil y letal….

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