La Cultura del Abandono

Muchos años atrás cuando no existía el internet, había un amor inmenso por el conocimiento.

       La gran mayoría de personas leían libros, periódicos, revistas, de una forma amena. Los estudiantes se enamoraban de la lectura y a los muchachos les gustaba leer textos de literatura: poesía, cuento, novela, ensayos, monografías, etc. El conocimiento que da la lectura permite aprender gramática, ortografía, tener un grado intelectual alto y poder tener así una base sólida para discutir o debatir cualquier tema ya sea cultural o de otra índole.

       Anteriormente la gente se prestaba entre sí los libros, o eran regalos apetecidos en ocasiones especiales, lo que los hacían un hermoso detalle. ¿será cierto que las personas leen más ahora que antes?, creo que no. Las nuevas tecnologías, entre ellas el celular por más que uno quiera terminan por convertirse en un distractor fatal del conocimiento intelectual que no reemplazara jamás la magia y esencia del papel.

       El celular se ha convertido en una cultura ligera que no permite recordar a largo plazo lo que se lee u observa, son lecturas de momento, de poco contenido, vacías, las cuales contribuyen en gran medida también al deterioro de la vista y el cerebro por el efecto nocivo del contacto visual con la pantalla; una experiencia muy diferente a disfrutar la lectura de un libro físico.

        El índice de lectura en la mayoría de los países ha bajado enormemente y es muy fácil saberlo ya que se ve reflejado en el nivel intelectual y cultural de la población. Al realizar preguntas de tipo cultural como por ejemplo: ¿Cuál es la capital de Chile? o ¿quién escribió Crónica de una Muerte Anunciada?, la gente duda muchas veces al intentar dar la respuesta correcta y ello demuestra que si bien la tecnología permite el acceso a gran cantidad de contenidos que deberían incentivar la lectura y por ende crear un mayor sesgo intelectual, se pierde el tiempo leyendo contenidos vacíos y vánales.

       En todos los países del mundo, hay bibliotecas, las hay en ciudades, municipio, veredas, pero desafortunadamente ya son pocos los que leen y les sacan provecho. Aprender a escribir y a tener una buena ortografía se logra leyendo, fuera de eso, la lectura brinda también las herramientas para aprender a hablar en público y a no tener miedo sino por el contario seguridad al expresar los conocimientos e ideas ante un auditorio.

       Las personas en un año no leen ya ni dos libros; prefieren pasarla con el celular día y noche. La cultura del siglo XXI es una cultura descuidada, ya no se valora la lectura como quince años atrás. Hay que tomar conciencia que aunque el celular es bueno y necesario, es un distractor que quita tiempo, sí se está haciendo arroz y se descuida por estar pendiente del celular se quema. La cultura del abandono y separación de hogares es una realidad en estos tiempos. En una casa se pueden ver a dos jóvenes, el uno leyendo un buen libro y el otro chateando, hay dos felicidades, una del deleite de la imaginación y el otro de la mente ligera. Como dijo el escritor Jorge Bucay: » la educación del mundo que viene deberá pensar por conseguir que todos tengan más posibilidad de elegir.  Se trata por tanto de desarrollar una conciencia propia, para que sea capaz de decir lo que debería prohibirse y lo que debería permitirse”

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